Ya sé que será en agosto y estaré en alguna playa paradisíaca, pero aún así no hay derecho. ¿Quién lo va a pagar?
Invadir la Puerta del Sol y joder a los comerciantes era gracioso, después de todo ellos trabajan para el capital y se lo merecen. ¿Pero a mí, que soy un siervo del pueblo? ¡Ahora sí que estoy indignado!
Habría que convocar una manifestación espontanea para, de forma pacífica, recibir a pedradas al Papa.
Todo ello claro, desde la mayor de las tolerancias, lo propio de la izquierda progresista.